viernes, 22 de febrero de 2013

PACTO POR LOS PRIVILEGIOS INSTITUCIONALES (José Manuel Cansino en La Razón el 18/2/2013)



En mitad de la crisis institucional que azota a España desde la Jefatura del Estado hasta muchos pequeños municipios, el Presidente de la Junta de Andalucía ha propuesto un ‘Pacto por Andalucía’ que, a falta de mayor presupuesto, se ha concretado en una página web donde los ciudadanos pueden hacer llegar sus propuestas.
De los diez temas a los que se circunscribe el debate, el que mayor número de propuestas ha recibido es el de ‘Crecimiento y empleo’. En total se habían registrado a pocas horas de publicar este artículo, ochenta y ocho propuestas que son verdaderamente pocas si las comparamos con los 8.371.270 de ciudadanos que residen en Andalucía según el Instituto Nacional de Estadística.
Más llamativo resulta el hecho de que de aplicarse la mayoría de las propuestas que se registran en el apartado de ‘Modelo territorial’ (treinta y tres propuestas), la estructura institucional autonómica o desaparecería o quedaría muy reducida.
En definitiva o los andaluces tenemos muy pocas propuestas o somos indiferentes a este tipo de llamamientos hechos por unas instituciones muy desacreditadas.
Los sectores institucionales que hasta ahora han conformado la ‘gobernanza’ del Estado y de la economía: Monarquía, grandes partidos políticos (incluidos los ahora secesionistas), sindicatos mayoritarios y organizaciones empresariales, tienen a significados representantes en la cárcel o a punto de entrar en ella. Sólo un uso obsceno de la política de indultos ha permitido una población reclusa menor.
Todas estas instituciones han “coincidido en el presupuesto” como bien apunta el sociólogo Víctor Pérez-Díaz; un lugar –el presupuesto- en el que se reconcilian izquierdas y derechas, sindicatos y empresarios, monárquicos y republicanos. Se trata de ‘la paz social’ o ‘concertación’ de la que hablaba recientemente el Catedrático de Economía de la UPO, Alejandro Cardenete en una valiente entrevista periodística.
La consecuencia lógica de un sistema de concertación basado no el alcanzar acuerdos entre las demandas de cada sector sino en la manera de saciar una voracidad presupuestaria creciente, ha tenido como consecuencia lógica la aparición de una casta social transversal cuya única actividad es la ‘búsqueda de rentas’ presupuestarias.
Hablamos de transversal en el sentido de que está presente en el entorno de la Jefatura del Estado, partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales que, cada vez más lejos de sus cartas de naturaleza –participar en la vida pública desde una determinada ideología o defender los intereses de los trabajadores y empresarios- pastorean en el presupuesto y se reparten concesiones burlando la más elemental transparencia.
Escribía Lakof que quien acuñaba los conceptos fijaba los límites del debate. Parece que este ‘pacto’ sólo busca distraer a los ‘indignados’ andaluces de su drama cotidiano promoviendo acuerdos de cartón piedra que sólo garantizarán el mantenimiento de privilegios institucionales.
Es difícil saber si esta gobernanza que recuerda mucho al sagasta-canovismo o a la ‘Monarquía de izquierdas’ de la que habla Javier Castro-Villacañas, supervivirá a los procesos judiciales abiertos o se perpetrará en el poder estigmatizando a quien protesta diciendo que sólo buscan la impugnación parlamentaria.
Lo que sí es fácil deducir es que ninguna economía fuerte puede derivarse de semejante gobernanza y que el escaso uso de la web del Pacto por Andalucía en plena efervescencia de las redes sociales y nuevas tecnologías, es más fruto de la indiferencia ciudadana que de la ausencia de propuestas alternativas al ‘statu quo’ vigente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario