miércoles, 2 de diciembre de 2015

LA CONSEJERA DE HACIENDA SE QUEDÓ (José Manuel Cansino en La Razón el 30/11/2015)

Fue el pasado miércoles 25 de noviembre en la sede de la Cámara de Comercio ubicada en la sevillana Plaza de la Contratación. El día antes adelantaron la hora de inicio para ajustarla a la agenda de la consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía, la Sra Montero. Llegó puntual con todo su equipo, lo que los anglosajones llaman el "staff" y a diferencia de la extendida práctica de la clase política de inaugurar jornadas como quien inauguraba pantanos o tocar la campana para iniciar la sesión bursátil e inmediatamente irse, la Sra Consejera se quedó durante toda la jornada porque reconoció que tenían mucho que hacer y aprender en materia de federalismo fiscal o financiación autonómica.



Su intervención fue diáfana y clara a favor de la cohesión nacional y de un sistema de financiación en el que el criterio de la población pesara aún más en el reparto de los recursos. Esta ha sido un reivindicación tradicional de los gobiernos socialistas en Andalucía, la novedad ha sido sumar a este criterio -que no es unánime entre los expertos pero sí legítimo- el del derecho de todos los españoles a recibir los mismos servicios públicos sea cual sea su lugar de residencia. 
Es de lamentar que se haya tenido que esperar al desafío separatista catalán para que una parte significativa del PSOE se despoje del complejo de vasallaje al nacionalismo. Un vasallaje que también ha sido ejercitado por el PP y que a la postre demostró que las demandas nacionalistas son, casi por definición, infinitas e insaciables.
La Consejera demanda aumentar el acceso a la financiación de la deuda andaluza a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) justo coincidiendo con la pugna entre el Ministerio de Hacienda y una asfixiada Hacienda catalana. No está demás recordar que esta herramienta de financiación es una herencia de los años en los que las haciendas autonómicas tenían muy reducidas las posibilidades de emitir deuda pública en los mercados internacionales. Salvo para Cataluña, cuya deuda está al nivel del bono basura, cada vez es más accesible entrar en estos mercados (aunque pagando tipos más altos de los que paga el Tesoro español) de manera que hay que plantearse en qué momento debe desaparecer el FLA que no deja de ser una herramienta de financiación de urgencia.
El seminario sirvió también para contrastar el discurso nacionalista catalán en materia de financiación con el discurso de la cohesión. Las intervenciones de la profesora Maite Villalta de la Universidad de Barcelona y de la doctora Ana Herrero de la Universidad Nacional de Educación a Distancia mostraron claramente las discrepancias. La diferencia fue nuevamente, que el discurso victimista del nacionalismo catalán incontestado durante décadas es desmontado en cada foro riguroso como esta jornada que diseñó el Centro de Estudios Andaluces; un centro cuyas cotas más altas de contribución a la ciencia económica las alcanzó con el liderazgo de los investigadores Joaquín Aurioles de la Universidad de Málaga y de Ignacio García de la Universidad Pablo de Olavide. Precisamente el profesor García comparte ahora su trabajo con el centro de investigación FEDEA en el que coincide con Ángel de la Fuente, uno de los mejores economistas españoles y artífice determinante del desmontaje del discurso nacionalista cuando publicó las balanzas fiscales junto con Ezequiel Uriel y Ramón Barberán.

El modelo de financiación autonómica debe revisarse a la luz de análisis rigurosos como los presentados el pasado miércoles pero es un error orientar el debate sólo a conseguir mayores recursos. Pocos discuten que sin el sistema educativo en manos del nacionalismo separatista, el desafió catalán no se sustentaría. Es inaplazable, por tanto, rediseñar las competencias educativas en España de forma que no acaben siendo herramienta de enfrentamiento sino de crecimiento en las competencias y calidad en la formación de los estudiantes. De la misma forma que ahora se están abandonando los vasallajes al nacionalismo, hay que tener altura de miras para que servicios públicos determinantes como la educación al tiempo que tengan un espacio para las particularidades regionales, estén blindados al adoctrinamiento en el odio al de enfrente. Las comunidades autónomas deben ser generosas en este punto igual que el resto de actores, familias y profesionales de la educación, en aras de superar el enfrentamiento interno.

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